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Bosques farmacéuticos

¿Cómo conoció la Humanidad el poder curativo de la Naturaleza?
¿Cómo descubrió el beneficio de las plantas medicinales?

Es posible que nuestros antepasados muchas se las llevara a la boca, que muchas fuesen inocuas, que otras tantas les enfermasen, incluso, que les matasen. Sin embargo algunas de ellas les aliviarían los dolores de cabeza o de muelas o de tripa, etcétera, etcétera, etcétera...
Los larguísimos años de coexistencia de los antepasados con la Naturaleza debieron tener sus efectos y seguramente el proceso de aprendizaje y el de desarrollo de la inteligencia irían de la mano con el objetivo de lograr la supervivencia, sacando provecho de lo que tenían a mano y, sobre todo, recordando qué o quién les reportaba tal beneficio.

En un periodo primitivo fueron los chamanes los encargados de administrar esos beneficios, seguramente individuos avispados que vieron la oportunidad de conseguir poder o estar al lado del poder si, aprovechando la credulidad de la mayoría, lograban dominar las virtudes de las plantas haciéndolas propias.
Poco a poco el empleo de plantas curativas quedaría asociado a la superstición y a la magia, y por último, a la demonología según el siguiente razonamiento: lo que era malo para el demonio era bueno para el paciente y se perdió un poco el resultado de la experiencia para pasar al del miedo y la credulidad. Funcionó la medicina por analogía: una planta con la savia roja debía ser buena para los males de la sangre; una con sus hojas en forma de corazón sería buena para las dolencias cardíacas, etcétera.
"Todas las plantas están en la Tierra para beneficio del hombre" "El Creador da pistas sobre cuáles curan y cuáles no". Esto fue llevado a extremos absurdos, como asociar las virtudes curativas con la astrología.

La elaboración de los primeros herbarios en la Europa del siglo XVI sentó las bases de los conceptos modernos de la curación por medio de las plantas.




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Árboles medicinales

Betula pendula ABEDUL
Buxus sempervirens BOJ, BOJE
Castanea sativa CASTAÑO
Crataegus monogyna ESPINERA BLANCA
Eucaliptus globulus EUCALIPTO
Ficus carica HIGUERA
Fraxinus excelsior FRESNO
Ginkgo biloba GINKGO
Ilex aquifolium ACEBO
Juglans regia NOGAL
Juniperus comunis ENEBRO
Laurus nobilis LAUREL
Olea europaea OLIVO
Pinus sylvestris PINO ALBAR
Populus nigra ÁLAMO NEGRO
Prunus spinosa ENDRINO
Quercus robur ROBLE
Rhamus alaternus ALADIERNO
Salix alba SAUCE BLANCO
Sambucus nigra SAÚCO
Tilia cordata TILO
Tilia platyphyllos TILO de hoja pequeña
Ulmus glabra OLMO de MONTAÑA
Ulmus minor
Males y enfermedades con que nos pueden ayudar
OLMO
Angina de pecho
Anorexia
Articulaciones
Artritis
Blefaritis
Boca inflamada
Bronquitis
Caída del pelo
Cálculos biliares
Caspa
Catarros
Cicatrizado de heridas
Olmos
Circulación arterial
Circulación cerebral
Cistitis
Desórdenes digestivos
Diarrea
Dispepsia
Dolor de cabeza
Eczema
Encías sangrantes
Enfriamiento
Epilepsia
Estreñimiento
Fallo cardíaco
Fiebres
Garganta irritada
Gota
Gripe
Hemorroides
Hidropesía
Hipertensión
Ictericia
Indigestión
Influenza
Insomnio
Insuficiencia biliar
Llagas
Malaria
Migrañas
Nervios
Neuralgias
Paludismo
Piel (Dermatitis, Erupciones)
Pies (sudor)
Resfriado
Reumatismo
Riñón
Sabañones
Sífilis
Sinusitis
Tos
Vejiga
Vesícula biliar